Monólogo teatral que trata sobre la vida de la suiza: Enriqueta Favez Cavin, quién fue la primera mujer en ejercer medicina en Cuba, en el siglo XIX. Vestía ropa de hombre y se comportaba como tal, para todos era: el Doctor Enrique Favez. (En esta época las mujeres tenían prohibido estudiar medicina). Se casó con una mujer natural de Baracoa, llamada Juana de León. La vida del matrimonio marchaba muy bien y el Doctor Enrique se había ganado el respeto de todos. Un día de descuido, la criada de la casa descubre que Enrique es, en realidad una mujer, este incidente cambia el rumbo de sus vidas, las personas del pueblo comienzan a comentar y Juana, traicionando a su esposo, pone una demanda contra él, donde lo acusa de haberla engañado en cuanto a su verdadero sexo (cosa que Enriqueta le confesó antes del casamiento). A partir de ahí se desencadenan una serie de sucesos terribles en la vida de Enriqueta, al ser reconocida como mujer, le quitan todo cuanto tiene y la condenan a prisión. Pese a todo nunca pierde su fuerza y hasta sus últimos días, ya después de vivir en Nueva Orleans por muchos años y llegar a ser Madre Superiora de la Congregación Hijas de la Caridad, lucha por ser feliz.

Este texto está basado en la historia real que se recoge detalladamente en el libro: «Por andar vestida de hombre», del Doctor Julio César González Pagés.