Esta obra trata sobre la relación de una chica con su madre. Lola ha cometido un delito a ojos de la ley. ¿Es lícito acabar con la vida de alguien que lo desea? Lola nunca fue niña, nunca conoció el amor maternal como lo cuentan en las películas, nunca entendió la frase «como una madre no te va a querer nadie».

Esta es la historia de un amor diferente, crudo y cruel. Esta es la historia de una hija que nunca fue hija y de una madre que nunca fue madre. Lola habla con Dios en una capilla de la cárcel; su madre era religiosa, ella no, ella solo está desesperada.

La obra consta de una visión religiosa y ritual, no tanto desde el cristianismo sino desde la idea que hay detrás de la biblia, del odio hacia un dios injusto. Ella ha sido enseñada en la fe, acostumbrada a ver imágenes de un dios sacrificado por amor, acostumbrada a pedir perdón, a ser Eva, la mujer que pecó, a ser Pedro, el hombre que le negó, a ser Judas, el hombre que le traicionó. Nuestra protagonista lucha entre la culpa, el amor y el perdón. Recuerda las palabras que oía en misa cuando iba con su madre: «Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis».